Oración del día
14 de abril de 2025
Padre celestial:
Gracias por este nuevo amanecer. Hoy quiero darte gracias por la persona que soy.
Nos hiciste a cada ser humano de manera única, especial y exclusiva. Nos hiciste blancos, negros, amarillos, cobrizos… Altos, bajos, flacos, gordos, de ojos verdes, azules o cafés. También nos diste diferentes dones y habilidades, unos para el deporte, otros para la intelectualidad y para otros, dones artísticos. Algunos de nosotros tenemos habilidades comerciales y otros somos buenos artesanos.
Finalmente, el punto principal es este: fuimos creados tal como
Dios pensó y deseó. Incluso ese lunar de la mejilla o la pequeña marca que
tienes en tu pierna derecha o la característica de tu cabello fue idea de
nuestro creador.
El salmista nos dice: “Tú creaste mis entrañas; me formaste en el
vientre de mi madre. ¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras
son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron
desconocidos cuando en lo más recóndito era yo formado, cuando en lo más
profundo de la tierra era yo entretejido. Tus ojos vieron mi cuerpo en
gestación: todo estaba ya escrito en tu libro; todos mis días se estaban
diseñando, aunque no existía uno solo de ellos.” (Salmos 139:13-16).
Hoy decido aceptarme como soy. Y comprender que incluso algo que
considero un “defecto” físico o alguna “limitación” técnica o intelectual, son
parte del gran propósito de Dios en mí. Dios no se equivocó al crearme y no se
equivocó al crearte a ti.
Señor, ayúdanos a comprender que somos diferentes y que debemos vivir
como hermanos. Son las diferencias las que enriquecen la familia y la comunidad.
Te agradecemos nuestra existencia. ¡Amén!
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