Oración del día
Gracias, oh, Padre,
por este milagro del amanecer, por el pan que envías a nuestras mesas,
por el vestido que nos cubre y protege, por el techo que nos libra de la lluvia
inclemente, por los brazos que nos acogen sin hipocresías, por las palabras de
consuelo que llegan oportunas a nuestros corazones abatidos. Gracias por la
belleza de las flores, la serenidad de las estrellas, el sol, la luna, las
maravillas del universo. Gracias por este momento de luz en que nuestros labios
te alaban.
La oración debe ser el incienso de nuestra vida. Como lo enseña Pablo:
“Por tanto, ya comáis, ya bebáis, o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo
para gloria de Dios.”
Te pedimos que tu Santo Espíritu nos inspire y que como el ciego
escuches nuestra voz: “Señor, que veamos de nuevo.” Que nuestras miserias
pasadas salgan de nuestro cuerpo y nuestras casas para que libres te
agradezcamos y glorifiquemos llenos de gozo y alegría. Amén.

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