Oración del día
17 de abril de 2025
Gracias, oh, Padre,
por este milagro del amanecer, por el pan que envías a nuestras mesas, por el vestido que nos cubre y protege, por el techo que nos libra de la lluvia inclemente, por los brazos que nos acogen sin hipocresías, por las palabras de consuelo que llegan oportunas a nuestros corazones abatidos.
Gracias por la belleza de las flores,
la serenidad de las estrellas, el sol, la luna, las maravillas del universo.
Gracias por este momento de luz en que
nuestros labios te alaban.
Hoy es un día de
oración y gratitud. Gracias por haberte quedado en la Eucaristía para
acompañarnos y alimentarnos todos los días.
Gracias
por la vida de tu Hijo amado, Jesús, pan de la vida. Él me alimenta con su
Palabra, su Sabiduría, su ejemplo de amor. Más aún, Jesús me
invita a ser un “pan” como él, para los demás, sobre todo para los
que están a mi alrededor.
Jesús es el
pan de la entrega. Jesús se entrega a la muerte por nosotros. De esa
forma nos comunica la misma vida de Dios. Y Él ha querido que podamos
comulgar y recibir su cuerpo en la eucaristía de pan y vino para alimentarnos
también con su carne y con su sangre. (Leamos Juan 6, 51-58)
Antes de acercarnos a la mesa del Señor debemos
orar. La oración debe ser el incienso de nuestra vida. Como lo enseña Pablo:
“Por tanto, ya comáis, ya bebáis, o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo
para gloria de Dios.”
Te pedimos que tu Santo Espíritu nos inspire y que
como el ciego escuches nuestra voz: “Señor, que veamos de nuevo.” Que nuestras
miserias pasadas salgan de nuestro cuerpo y nuestras casas para que libres te
agradezcamos y glorifiquemos llenos de gozo y alegría. ¡Amén!

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