Oración del día


 

26 de octubre de 2023

Señor Jesús:

 En este amanecer me siento como el leproso que corre a esconderse de las miradas inquisidoras. Ante ti, lo reconozco, padezco la lepra del pecado. Todo mi ser se avergüenza ante tu presencia inmaculada y mis labios te suplican: Ten piedad de mí. Siento en mi alma la ignominia. Me duelen los ríos de sangre que corren por las calles. La inseguridad ha crecido como neblina que ahoga. En mi semblante se advierte el terror. 

Mas "en ti se halla la fuente de la vida, y es por tu luz que vemos la luz. Conserva tu amor a los que te conocen, tus premios a los de recto corazón." (Salmo, 36: 10-11) 

Perdóname, por negarme a aceptar que tú eres real. Tan real como el sol que avasalla con su luz la enorme montaña y deja su imponencia desnuda para que quien tenga ojos la contemple.

Perdóname, por mostrarme indiferente ante la lepra que padece el mundo.

Perdóname, por cerrar los ojos para no ver las injusticias y por confabularme con los amos del poder para impedir que brille la justicia y la paz.

Perdóname, por desconfiar de tu presencia real entre nosotros que somos tus hijos.

Hoy, es mi deseo, ofrecerte esta plegaria que nace de lo profundo de mi corazón. Sé que la oración de un corazón abatido y humillado Tú, mi buen Señor, no la desprecias. Sólo te repito, avergonzado, esa suplica que aquellos que padecían la lepra te gritaban para que los curaras: “Jesús, Maestro, ten piedad de nosotros.” Y Tú los curaste porque eres real y escuchas a quien humillado reconoce su lepra y te pide perdón. Amén.

 

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