Padre
nuestro:
Este nuevo
día te alabamos porque al despertar sentimos tu presencia en nuestras vidas.
Nuestros ojos te contemplan en la obra de tus manos. Sabemos que nuestras
palabras Tú las escuchas y a nuestras plegarias Tú respondes en el momento que
consideras oportuno. “Entonces me
dijo: No tengas miedo, Daniel, porque desde el primer día en que trataste de
comprender las cosas difíciles y decidiste humillarte ante tu Dios, él escuchó
tus oraciones. Por eso he venido yo”. (Daniel 10:12). No somos ilusos al escondernos bajo la sombra
de tus alas porque eres un Dios vivo y verdadero. Te suplicamos en este día que
la fuerza de tu Santo Espíritu nos proteja de todo mal y peligro y que, como
dice el salmista, nos guardes como a la niña de tus ojos. (Salmo 17:8) Hoy te
rogamos especialmente por todos nosotros que todos los días nos unimos a través
de la tecnología para darte gracias. Llénanos de sabiduría para que podamos ser
guías de niños y jóvenes. Que la enfermedad huya de nuestros cuerpos al
escuchar las palabras de tu Hijo que murió por nosotros para que fuéramos
dignos de recibir la vida eterna. Que las dificultades de este día no nos hagan
olvidar que somos ovejas de tus prados y si tú eres nuestro pastor nada nos
faltará. (Salmo 23). Amén.
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