Oración del día
2 de enero de 2024
Padre celestial:
Gracias por este hermoso amanecer que
nos regalas. Gracias por darnos la oportunidad de alabarte y meditar la misión
que nos diste.
Hacer el bien es la orden que recibimos de Dios. El
cristiano es llamado a esforzarse para hacer el bien. Como estimulo tiene el
ejemplo del Señor Jesús, su Salvador, quien en la tierra fue de lugar en lugar
haciendo el bien (Hechos 10:38). El apóstol Pedro lo recuerda y exhorta a sus
hermanos a practicar el bien siguiendo el ejemplo de Jesús, el modelo perfecto,
incluso si esto les acarrea sufrimientos. "Si haciendo lo bueno sufrís, y
lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios" (1 Pedro
2:20).
Ayudemos a los menos favorecidos, oremos por los
desempleados, visitemos a los enfermos, consolemos a los que están aislados;
así sentiremos que nuestra propia carga es más liviana. El contacto con el
sufrimiento y la angustia, el ver tantas miserias físicas y morales nos harán
más conscientes de nuestros privilegios. Harán que seamos más perseverantes en
el importante servicio de la oración y de la beneficencia.
Por lo tanto, hacer el bien sin cansarse es el
deber del cristiano en un mundo donde hay tanto egoísmo. La búsqueda ferviente
de los intereses individuales tiene como consecuencia directa frecuentes
conflictos entre los pueblos, las personas y las familias. Quien acepta a
Jesús, como su Salvador, nunca debería olvidar que lo que posee lo debe
solamente a la gracia de Dios. Si aprecia realmente esta gracia, lo mostrará
por su prontitud para dar, ayudar y servir a su prójimo. ¿Anhelamos tener más
gozo? Pues bien, lo hallaremos tratando, cada vez que podamos, de aligerar las
condiciones de vida de nuestros semejantes. Y, sobre todo, en esto serviremos
al Señor e imitaremos a Jesús.
Señor, danos entrañas de misericordia y ayúdanos a
vencer el egoísmo que nos mantiene atados a nuestros deseos y nos impide salir
a tu encuentro. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario