Oración del día
25 de enero de 2024
Padre nuestro:
Te alabamos y bendecimos en este nuevo día. Incierto es el
futuro para el ser humano. Aunque muchas instituciones del orden nacional e
internacional hagan previsiones y cálculos según las estadísticas ninguno puede
asegurar que el día de mañana nos pertenece. Muchos se ufanan porque de acuerdo
con su prospectiva económica todo irá de maravilla. Pero la ciencia y la
tecnología humanas no pueden prever otros factores que son imprevistos como
terremotos, revoluciones, guerras, Tsunamis, sequías, accidentes, etc. De
repente la muerte sale a nuestro paso cuando no la esperábamos. Así Dios
manifiesta que es el dueño de la vida y que nosotros como dice Job somos
simples gusanos. (Job 25:6). En nuestra comodidad y soberbia no queremos
admitirlo. Así el día de hoy sea aciago decimos mañana será excelente y todo
irá mejorando con el paso del tiempo. Dios derriba la vanidad y la soberbia
humanas. “El convierte los ríos en desierto, y los manantiales de las aguas en
sequedades”. (Salmo 107:33). El profeta nos recuerda: Yo el Señor, que lo hago
todo… que hago volver atrás a los sabios, y desvanezco su sabiduría”. (Isaías
44:24-25).
Sin embargo, aunque tengamos pesares y desgracias, Dios nos
ama. Estos acontecimientos que calificamos de malos son llamadas de Dios para
que lo reconozcamos y aceptemos que estamos de paso. Que fuimos llamados a la
existencia para prepararnos y después vivir una vida feliz en la presencia de
Dios. Debemos estar siempre prevenidos porque ninguno puede asegurar el día de
mañana. Si tenemos confianza en Dios acataremos sus palabras y seguiremos a su
Hijo amado que también vino a este mundo a morir, pero antes nos dijo: “Yo soy
el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan
14:16). Señor, danos sabiduría para comprender tu santa voluntad y concédenos
una muerte digna. Amén.
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