Oración del día
27 de enero de 2024
Gracias por la brisa que refresca la mañana. Te suplico que en este nuevo día me acompañes y me inspires la obediencia que te agrada.
Dos mundos existen. Este material en el cual confiamos
demasiado sin darnos cuenta de que en él todo es pasajero. Su belleza nos
deslumbra y confunde. Este mundo donde habito, además, presenta muchas
confrontaciones entre individuos y pueblos. Muchos deseamos fraternizar, vivir
en paz, pero hay también los que aman la violencia e insisten en la guerra, en
intimidar al hermano con armas en la mano para someterlo y arrebatarle lo que
posee. En esta tierra migrantes y desplazados huyen para salvar sus vidas. Otros,
sumidos en la miseria, no pueden ir a buscar el pan porque este mundo es ajeno
para ellos y mendigan o buscan comida en los basureros.
Tu Hijo nos habló de un mundo donde el amor es causa de
felicidad eterna. En esos parajes están los ángeles y los que aprendieron a
amar a sus semejantes y mediante el servicio ganaron un lugar junto a Ti. Él
nos demostró, desde su nacimiento, que este mundo es una ilusión a la cual no
debemos aferrarnos. Pasó por este mundo haciendo el bien y por tal motivo fue
despreciado, objeto de burlas y finalmente crucificado.
Con su muerte nos abrió las puertas de la vida eterna. Él
nos transformó de culpables en indultados, de pecadores en hijos de Dios. Murió
para “llevar muchos hijos a la gloria”. (Hebreos 2:10).
Señor, danos los dones de tu Santo Espíritu para que
podamos someternos a tu voluntad y haciendo el bien vayamos hacia la patria
celestial. Concédenos el privilegio de vivir en paz y con una verdadera
vivencia de la justicia social.
Amén.
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