Oración del día
9 de enero de 2024
Padre nuestro:
Gracias por el día que nos concedes. Danos sabiduría para comprender tu santa voluntad.
¡Señor, en ti
confiamos! Gracias por el milagro de la vida y la luz de este amanecer.
Hoy nos detendremos en el capítulo 24 del primer
libro de Samuel. Según el texto, David tiene la oportunidad de matar a Saúl y
librarse de su enemigo, pero el futuro rey nos da ejemplo en el respeto a la
autoridad y la vida del enemigo. Respeto a la autoridad porque Saúl es el
ungido del Señor y a la vida porque, aunque es su enemigo, no se atreve a
hacerle daño. David, lleno del temor de Dios, sólo corta el manto para
demostrar a Saúl que bien pudo cortarle el cuello, pero no lo hizo porque la
venganza se la deja a Dios. Considera un acto infame mancharse las manos con
sangre del enemigo. David, un
"hombre conforme al corazón de Dios" (1 Samuel 13:14), se negó a
tomar venganza sobre Saúl, aunque David era el inocente que había sido
agraviado. David se sujetó a la orden que Dios le dio de renunciar a la
venganza y confiar en Él: "Juzgue el Señor entre tú y yo, y véngueme de ti
el Señor; pero mi mano no será contra ti" (1 Samuel 24:12).
Como cristianos, tenemos que
seguir el mandato del Señor Jesús "Amad a vuestros enemigos, bendecid a
los que os maldicen" (Mateo 5:44). Así que hoy oremos por quienes nos
desean mal y dejemos la venganza a Dios. Si podemos servir a nuestro
enemigo, hagámoslo por amor a Dios. Amén.
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