Oración del día
30 de enero de 2025
Padre nuestro:
En este nuevo día te alabo y
bendigo. Gracias por concederme esta oportunidad de servirte.
No necesito agacharme para leer la advertencia que aparece escrita en el
paquete de cigarrillos tirado en la calle: «El tabaco es nocivo para la salud».
Esto indica que si fumo puedo morir pronto a causa de una de las enfermedades
que produce el consumo de tabaco. Lo que llama la atención es que dicha
inscripción no impidió a quien tuvo ese paquete en sus manos fumarse todos los
cigarrillos. Tal vez piense que esta advertencia es exagerada, o que sólo se
dirige a los demás, a los que fuman «demasiado». Igualmente hay muchas personas
que dudan de las advertencias que Dios hace por medio de la Palabra de su Hijo
amado.
Sin embargo, Dios deja bien claro lo que sucederá a cada ser humano:
"El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el
Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios estará sobre él" (Juan
3:36). Quizás alguien lea hoy este mensaje a la ligera y distraído, como lo ha
hecho hasta ahora, pensando que eso no es para él, sino sólo para los «grandes
pecadores». “Mirad que no desechéis al que habla... al que amonesta desde los
cielos.” (Hebreos 12:25) Tal vez, sumergidos en el mal no tengamos fuerza para
volver al Padre que nos espera. Confiemos en Dios y su Palabra: "Si
confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados,
y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1:9). Sí, el pecado conduce
inevitablemente a la muerte eterna, ¡pero la fe en Jesucristo da la vida eterna!
"Porque la paga del pecado es la muerte, mas la dádiva de Dios es vida
eterna en Cristo Jesús Señor nuestro" (Romanos 6:23). Hoy llevemos a la práctica
lo que nos dice el Evangelio: “Bienaventurados los que oyen la palabra de Dios,
y la guardan.” (Lucas 11:28) Señor, concédenos el privilegio de hacer tu
voluntad. Amén.
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