Oración del día
31 de
enero de 2025
Señor y Padre Nuestro:
Te alabamos y bendecimos en este nuevo amanecer. Danos sabiduría para comprender tu voluntad.
Empleamos la palabra «paciencia» para
designar la capacidad de alguien para esperar, ya sea en la congestión
vehicular, en la fila del banco, a su cónyuge que siempre llega tarde a las
citas... Pero la paciencia, en el plano espiritual, designa la capacidad que el
creyente adquiere para atravesar con serenidad y sin desanimarse los días difíciles.
Agrada al Señor que desarrollemos la paciencia y que no debemos confundir con la
resignación ante hechos que no podemos cambiar. Quien cree en Dios sabe que la
prueba no es casual, pues "el Señor prueba los corazones" (Proverbios
17:3). Dios tiene sus propósitos: "Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados" (Hebreos
12:11). La prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su
obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa
alguna. (Santiago 1:3-4) La tribulación produce paciencia; y la paciencia,
prueba; y la prueba, esperanza. (Romanos 5:3-4)
Dios que nos prueba no dejará que vaya más
allá de lo que podemos soportar (1 Corintios 10:13). La paciencia se transforma
en confianza en Dios, ese Padre que nos ama. Con Dios a nuestro lado las
dificultades serán llevaderas. Si el Señor está a nuestro lado podemos
atravesarlas con serenidad y demostraremos a nuestro Padre amoroso, fidelidad.
Pidamos a Dios en este nuevo amanecer que
nos acompañe en nuestros momentos de tribulación y que fortalezca nuestra fe y
confianza en su poder misericordioso. Amén.
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