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Owens y Lutz, una verdadera amistad.

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  Por Efraín Gutiérrez Zambrano En el cielo de Berlín se ven unas pocas gotas de algodón que distraen la vista de los miles de espectadores alemanes que esperan la victoria de su compatriota. Sobre la pista se hallan en este día de competencias olímpicas de 1936, entre varios que destacan, un atleta de origen afrodescendiente, recogedor de algodón desde los 6 años y Lutz Long, hijo de una familia de farmaceutas y favorito de Hitler quien desde el palco observa con ojos inquietos. Este duelo, espera el dictador, demostrará al mundo la superioridad de una raza. Por su parte el atleta alemán, abogado de profesión, piensa y así lo ha hecho saber a su madre que “la raza y el color de piel no tienen importancia, no determinan el destino de un pueblo”. Owens es el deportista del récord mundial, con 8,13 metros. Se destaca desde 1933 cuando batió el récord mundial de salto de longitud para estudiantes de secundaria, con una marca de 7,55 metros, e igualó el récord mundial en 100 metros pla...

Anillo de compromiso

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Se acercaba el cumpleaños de ella. Aquella mañana, Alejandro se levantó temprano. Hizo los ejercicios de rutina en el parque del barrio y se dirigió al centro comercial donde se hallaba la joyería. Al cruzar su mirada con la del dueño, saludó con una sonrisa sincera y alegre. Después de mirar en las vitrinas y no encontrar lo que buscaba dijo: —Señor, ¿tiene otros anillos diferentes a los que exhibe? —Están los que guardo en la caja fuerte porque son, además de hermosos, muy valiosos, para ocasiones y personas especiales. Si gusta verlos deberá esperar unos minutos. — No tengo prisa y la persona a quien le obsequiaré el anillo es el amor de mi vida. El propietario entró a su oficina y luego le mostró un conjunto de anillos donde el oro y las joyas preciosas resplandecían bajo la luz artificial. Alejandro contempló uno que se hallaba en el centro del paño y preguntó: —¿Cuál es su precio? El propietario pronunció los números en forma lenta. Alejandro sacó de su billetera los billetes y...

Nacimiento entre acordes

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Sé que ustedes me conocen y que no debo presentarme. Es un petulante dirá la dama que me mira y el caballero, que está aprovechándose de este barullo para olvidar la traición de su amante, me mirará con ira. Pero me arriesgaré y les daré pruebas de que no soy tímido a la hora de camuflarme entre los que viajan en este bus del servicio público al trabajo. Pero no me confundan. No estoy aquí para que me regalen su lástima. El propósito de mi visita inesperada es para llenar sus corazones acostumbrados a soportar el peso de la tristeza con un poco de colorida y danzarina alegría que los haga sonreír. Así que no me miren con ojos escrutadores y extraños como si estuvieran frente a una visión fantasmagórica. Pero les advierto que a lo largo del relato cambiaré de escenario y público como un camaleón social. Se equivocan los que piensan que nací en 1978 en la Siembra. No todos tienen la fortuna de nacer, como yo, entre acordes en una de sus resurrecciones. Pero después de ese día en que m...

Dios es de azúcar

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Un día la profesora dijo a los niños: - ¿Quién podría explicarme quién es Dios? Uno de los niños levantó la mano y dijo: "Dios es nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella. Nos hizo como hijos de Él. La profesora, buscando más respuestas, fue más lejos: -¿Cómo saben qué Dios existe, si nunca lo han visto? El salón quedó en silencio... Pedro, un niñito muy tímido, levantó sus manos y dijo: - Mi madre dice que, Dios es como el azúcar en hay en la avena que me hace todas las mañanas, y yo no veo el azúcar que está dentro de la taza mezclada con la leche y las hojuelas , pero si no la tuviera no tendría sabor... Luego paso al frente y sin dejar de sonreír prosiguió: - Dios existe, Él está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos, pero si se fuera, nuestra vida quedaría sin sabor. La profesora sonrió y dijo: Muy bien Pedro, yo les enseño muchas cosas a ustedes; hoy tú me enseñaste algo más profundo que todo lo que yo sabía. Ahora sé que ¡Dios es a...

Atardecer en el parque

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Cansado de recorrer la ciudad me detuve en un parque. Al sol aún le quedaban unas brasas para calentarme. Me senté en el primer banco que hallé libre de hojas secas. Miré hacia la fuente que desafiaba la gravedad y al caer el agua pensé que es mejor detenerse en el camino que esforzarse para llegar a casa rápido sin haber disfrutado de las maravillas del paisaje. Correr sin sentido sólo produce enojo al descubrir que el día se fue sin haber alcanzado el horizonte. Además, del esfuerzo y el afán excesivos sólo quedan los dolores del cuerpo y los anhelos insatisfechos. Mi reflexión se interrumpió cuando dos niños comenzaron a gritar y a pelearse. El motivo lo descubrí cuando las palomas levantaron vuelo para huir de sus gritos. En medio del forcejeo se rompió la bolsa donde guardaban el arroz y los granos comenzaron a brillar como diamantes bajo la luz del atardecer. El más pequeño, al verme sonriendo, se acercó para decirme que su hermano no lo dejaba alimentar a las palomas. Pero fue ...

Historia de un milagro.

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En Florencia ocurre el milagro. Es un día de julio de 1501. Se convoca a un concurso para salvar a Hércules. Así llamaban al bloque de mármol. Se presentan entre otros escultores Andrea Sansovino y Miguel Ángel Buonarroti. En agosto se firma el contrato con el ganador para la realización de un Gigante o un Hombre de mármol. Así reza el contrato que los gremios de los canteros de la catedral de Florencia y los comerciantes de lana le hacen firmar al ganador y le dan dos años para realizar la monumental obra. El ganador tiene 26 años. Su prestigio es grande después de dejar en Roma La Piedad. Ahora tiene al frente a una mole de mármol de la cual ha dicho Leonardo da Vinci que no sirve para nada. Agostino  di Duccio años atrás la trabajó y la estropeó. Antonio Rossellino intentó arreglar el daño causado, pero su esfuerzo fue inútil. Es una piedra gigante que tiene 5,25 metros de altura. Miguel Ángel la mira y le sonríe. Recuerda la escena de David y Goliat. El público de Florencia e...

La misión de un padre.

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En el taller del cielo se reunieron los ángeles arquitectos, los mejores carpinteros y los más diestros obreros con el fin de fabricar al padre perfecto: "Debe ser fuerte", comentó uno. "También, debe ser dulce", comentó otro experto. "Debe tener firmeza y mansedumbre y saber aconsejar a los más pequeños e inexpertos jóvenes". "Debe ser justo en momentos decisivos; alegre y comprensivo en aquellos donde el error se muestre arrogante". "¿Cómo es posible, interrogó un obrero, poner tal cantidad de cosas en un solo cuerpo"? "Es fácil", contestó el ingeniero jefe del proyecto. "Sólo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo". Todos rieron ante la ocurrencia y se escuchó una voz. El Maestro, dueño del taller del cielo, dijo: "Veo que al fin comienzan a ejecutar. Sonrió y continuó: No es fácil la tarea, pero no es imposible si ponen interés y mucho amor al hacerlo". Y pa...