Oración del día
13 de diciembre de 2022
Señor:
Muchas veces, Padre celestial, siento que mis fuerzas me abandonan. Veo a la soledad que llena de tristeza mi alma. Otras veces, la enfermedad, hermana de la muerte, me visita con la intención de hospedarse en mi cuerpo.
Entonces, yo
afligido te invoco, para no desesperarme, para recobrar la salud. Pero confieso
que hay momentos en que dudo de tu presencia, en que no te veo con toda
claridad. Me sumo en el abandono y el dolor y no sé qué hacer.
Mas hay
momentos en que desaparece la duda y te llamo con la seguridad que tiene la
montaña en el sol que la ilumina.
Padre
celestial, Tu Hijo Jesucristo nos dijo que es posible renacer a una vida nueva
después de haber pasado ya muchas décadas. (Jn 3,4) Si tu hijo lo enseña es
verdad tu palabra. Lo acepto para que el peso de una larga vida de faltas y
sufrimientos se esfume como el rocío ante la presencia del sol.
Ahora sé que
ningún corazón es capaz de comprender lo que tú reservas para los que creen en
ti y te aman. Los dones de tu Santo Espíritu me renuevan.
Ahora que te
he alcanzado, ya no te dejaré (Cantares 3,4). Sea cual fuere el camino que tome
mi vida, tú estarás conmigo, así pase por cañadas peligrosas y abismos de
angustia. (Sal. 23) Nada me podrá ya separar de tu amor y serás mi pastor y en
tu casa viviré por siempre. Amén.
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