Oración del día
22 de diciembre de 2022
Padre celestial:
Gracias por este amanecer que me otorgas. En día te pido que me guíes y bendigas cuanto haga. Recuerdo que el sacerdote Elí estaba en tu templo dispuesto a servirte. Allí se hallaba, también, una mujer que oraba en voz baja. El sacerdote percibía que ella movía los labios, pero no escuchaba sus palabras. Ella sufría porque no tenía hijos y algunos se burlaban de ella por no poderlos concebir. Ana, profundamente herida y triste, estaba en la casa de Dios suplicando un milagro. Estaba convencida de que Dios escucharía su plegaria. Sabía que sólo tú, mi Dios, tienes poder soberano, absoluto e infinito sobre la creación y para ti nada es imposible. Un año después la mujer concibió a Samuel, el gran profeta. (1 Samuel 1). Esta historia me dice que puedo contarte mis problemas y tú los escucharás, y si es tu voluntad, me responderás.
“Oh, Dios, oye mi oración. escucha las palabras de mi boca.
Hoy te quiero agradecer todas tus bendiciones. Si es tu voluntad, realiza el
milagro que tanto te he pedido. “Ahora
bien, los apóstoles dijeron al Señor:* “Danos más
fe”. Entonces el Señor dijo: “Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un
grano de mostaza, dirían a este moral: ‘¡Sé desarraigado y plantado en el
mar!’, y les obedecería”. (Lucas 17: 5-6) Como Ana mis problemas quedan entre Tú
y yo. Creo en tu palabra: “Clama a mí y yo te responderé”. (Jeremías 33:3)
Aparta de mí las preocupaciones de este día, los desengaños que producen
incertidumbre, aleja de mí la enfermedad para que gozando de salud te pueda
alabar y bendecir. Que hoy, como el salmista, los demás digan: “Este pobre
clamó, y le oyó el Señor, y lo libró de todas sus angustias”. (Salmo 34:6) Te
lo suplico en el nombre de tu amado Hijo, Jesús. Amén
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario