Oración del día
20 de diciembre de 2022
Señor Jesús:
Es difícil para
nosotros que exigimos pruebas de todo sentir la felicidad de creer sin haberte
visto. (Juan 20:24-29). La noche del domingo de tu resurrección, te presentaste
ante los apóstoles y María, pero Tomás no estaba con ellos. Cuando los otros le
dijeron: "Al Señor hemos visto", Tomás se mostró frío, escéptico y
exigió pruebas. Igual que muchos de nosotros, quería ver para creer. El
siguiente domingo, Tomás estaba entre los discípulos reunidos. De nuevo tú,
Señor, volviste y les dijiste: "Paz a vosotros". Luego te dirigiste a
Tomás y le mostraste tus heridas. Cuando vio las marcas de los clavos, prueba
de los sufrimientos que padeciste para llevarnos a la vida eterna. Reconociste
sus pensamientos íntimos como también sus dudas. Con dulzura le reprochaste su
falta de fe. Convencido, Tomás exclamó: "¡Señor mío, y Dios mío!".
Entonces le dijiste: "Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados
los que no vieron, y creyeron".
El Señor iba a
subir al cielo y los suyos ya no podrían verlo para creer en él. Tenían que
creer apoyándose en el testimonio de los profetas y de los que les habían
precedido en la fe.
Tomás, quien te
amaba Señor, había querido acompañarte para morir contigo (Juan 11:16). Aquí
dudó, pero también buscó la verdad, pues el domingo siguiente se unió a los
demás discípulos.
Como Tomás, a
veces, nos falta la fe, no sentimos tu presencia ni escuchamos cuando nos
hablas al corazón. Señor, en este nuevo día, alimenta nuestra fe y danos la paz
que prometiste, la paz que sólo puede darnos tu Espíritu. Hoy te amamos sin
haberte visto, Señor Jesús. Somos bienaventurados al aceptar tu Evangelio. (1
Pedro 1:8).
Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario