Oración del día
4
de septiembre de 2024
Amado Padre:
En el silencio de este nuevo amanecer vengo a tu santuario para implorar tu bendición y para meditar en tus lecciones diarias.
Pablo
nos escribe: “Con toda oración y súplica oren en todo
tiempo en el Espíritu, y así, velen con toda perseverancia y súplica por todos
los santos”. (Efesios 6:18). “Pues no habéis recibido un espíritu de esclavitud para
volver otra vez al temor, sino que habéis recibido un espíritu de adopción como
hijos, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Romanos 8:15,26,27).
Conscientes
de que podemos acudir a Ti, Padre, te suplicamos que vuelvas tu mirada
bondadosa sobre nuestros hijos, protégelos de todo mal. Envía sobre sus padres
a tu Espíritu Santo para que sepan dirigir el hogar con amor y firmeza y
enseñen la senda de la felicidad plena que reside en ti.
Aparta de
nosotros la indiferencia que nos hace como piedras frente al dolor del prójimo
y ayúdanos a comprender que el amor es la única medicina para salvar al mundo
que, muy enfermo, se debate entre el egoísmo y la mezquindad.
En este
amanecer recuerdo las palabras de tu Hijo amado: “Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza
para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie
delante del Hijo del Hombre”. (Lucas 21:36). Por eso todos los días te imploro
misericordia para todos tus hijos, especialmente para aquellos que no te
reconocen.
Bendice, te
lo suplico nuevamente, a nuestros hijos, para que sean el honor y la esperanza
de sus familias y su país. Amén.
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