Oración del día
31 de octubre de 2022
Padre
Celestial:
Hoy me
siento como el vástago que arrastra el río crecido. Soy quien sufre esa
turbulencia sin poder decir cuando cesará su afán de golpearme y aumentar la
angustia que crece como volcán. Esa violenta fuerza arrebató la sonrisa de mis
labios. Pero en ti me refugio y comienzo a sentir serenidad a medida que medito
tus palabras y preceptos. Me doy cuenta de que eres un Dios vivo. Sé que
escuchas mis plegarias y cuando, ni siquiera lo espero, me respondes. Pero me
pides fe y paciencia para que puedas realizar en mí los milagros que te pido.
Perdóname
por exigirte respuestas inmediatas. Perdóname por no aceptar el silencio en que
me hablas. Estoy enseñado a convivir con la algazara y el ruido. Por eso a
veces pasa el día sin que me acuerde de Ti y te llame a caminar conmigo. Pero
hoy deseo que entres en mi vida y la hagas florecer. Tú eres un Dios vivo y de
Ti fluyen los manantiales de la salud y la vida. Tú puedes devolverme la
sonrisa y anegar mi casa de bendiciones.
Que hoy
sea un día en que proclame que Tú eres mi guía y salvador. Que la angustia
desaparezca y que tu presencia real ilumine mis acciones. Que en ellas mis
hermanos vean que Tú eres un Dios de vida que acoges a quien a ti se acerca.
Que hoy en mi ser se hagan realidad tus palabras de misericordia: levántate y
anda. Amén.
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