Oración del día
11
de marzo de 2025
Padre celestial:
En el silencio de este nuevo día elevo a ti mi oración. Cuando me agobian los problemas, me ataca la enfermedad o el fracaso sale a mi encuentro, me pregunto: «¿Por qué?». Los amigos tratan de animarme y consolarme, pero sus palabras no disminuyen mis dolores y penas. Tú, mi Dios, me das una respuesta muy diferente, aunque a veces, lo confieso no es la que esperaba. Pero en el sufrimiento, consecuencia de mis equivocaciones, te acercas a consolarme como lo hiciste con Jacob (Génesis 28:13-15). Te confieso mis pecados y hallo paz. En las pruebas me enseñas que debo confiar en ti sin caer en la desesperación. Permanezco atento a tus palabras y mi vida se transforma y, consciente de la salida del laberinto en que me encuentro, recuerdo al profeta: En quietud y en confianza será vuestra Fortaleza. (Isaías 30:15).
Gracias
te doy por tu amor inalterable. Mis dificultades y mi dolor encuentran en ti un
sentido que ilumina. “En Dios solamente descansa mi alma; de él viene mi
salvación”. (Salmo 62:1). Señor, tú me amas y quieres prepararme para el cielo.
Confío en tu misericordia. El apóstol Pablo dice: “Él hace que todas las cosas
ayuden para el bien de los que le aman” (Romanos 8:28). Que hoy en todo cuanto
haga encuentre tu presencia y las dificultades y problemas sean una carga
liviana porque tú me ayudas. Amén.
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