Oración del día
18
de marzo de 2025
Señor:
Encomiendo
este amanecer y la jornada para que me orientes y guíes. Soy como un ciego que
camina a pleno mediodía sin saber dónde pisan mis pies. Escucho decir:
«Lo
quiero como a la niña de mis ojos». Esta expresión evoca lo más valioso en la
vida. Pero no siempre comprendo qué es lo que debo amar. Los ojos, en efecto,
tan frágiles y complejos, me transmiten la luz, las formas y los colores. Sin
embargo, hay cosas que mis ojos no pueden ver. Recuerdo que dijiste, Señor
Jesús, a tus discípulos: "¿Teniendo ojos no veis, y teniendo oídos no
oís?" (Marcos 8:18).
Señor,
te pido que pueda decir como el ciego a quien devolviste la luz: “Una cosa sé,
que habiendo yo sido ciego, ahora veo”. (Juan 9:25) Dame el entendimiento para
comprender el significado de tus palabras. Dame la sensibilidad para admirar la
belleza de tus obras. Que pueda como Simeón, el anciano del templo, tener en
mis brazos al niño Jesús y exclamar: "Han visto mis ojos tu
salvación" (Lucas 2:30). Que te pueda descubrir en cada uno de los seres
humanos que sufren. Estoy convencido de que la majestad y el poder divinos se
manifiestan en la naturaleza y el amor divino brilla en la humildad, la muerte
y la resurrección de tu Hijo amado, Jesús. Que hoy comprenda tus palabras: “Han
cerrado sus ojos; para que no vean con los ojos, y oigan con los oídos, y con
el corazón entiendan, y se conviertan, y yo los sane”. (Mateo 13:15). Ven
pronto en mi auxilio y líbrame del mal. Amén.
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