Oración del día
29 de marzo de 2022
Señor:
En este nuevo día quiero agradecerte por las
enseñanzas que a diario nos das. Sólo necesitamos observar y escuchar:
Will Smith, ganador del premio al mejor actor
este año 2022 por su papel en “King Richard”, abofeteó al
comediante y presentador Chris Rock y presentador de uno de los premios de la
gala porque hizo un chiste sobre la calvicie que su
esposa, la actriz Jada
Pinkett-Smith, padece.
Luego el actor Denzel Washington se acercó a Smith en
actitud pacificadora para ayudarlo a calmarse: “No hagas
caso a ese comentario”, le dijo.
Más tarde, cuando Smith pasó a recibir el premio
por “King Richard”, donde interpretó al padre de las tenistas Venus y Serena
Williams resaltó como el padre hizo de la fe la estrategia para ayudar
a sus hijas y alcanzar el éxito en el deporte y pidió disculpas por su actitud
y expresó:
«Quiero disculparme con la Academia. Quiero
disculparme con todos mis compañeros nominados. El arte imita a la vida.
Parezco el padre loco, como decían de Richard Williams. Pero el amor te hará
hacer locuras», dijo en
parte de su discurso. Resaltó un consejo que previamente Washington le
compartió sobre el éxito y su alto precio en el mundo actual:
“Ojo, en
el momento más importante de tu vida es cuando el diablo viene por tí”.
Al principio de su discurso, Smith habló sobre lo
abrumado que se sentía ante la misión que Dios le encomendó en este momento de
su vida. Aseguró que ha sido llamado a amar, dar amor, cuidar y proteger tanto
a su familia como a los demás.
Este incidente nos deja lecciones de vida que debemos tener en cuenta:
La violencia no debe ser respuesta a una broma o chiste de mal gusto.
La enfermedad o apariencia de una persona no es motivo de burlas y Jada
Pinkett-Smith ha hablado abiertamente sobre su problema y de cómo la
alopecia no le ha permitido tener una cabellera normal y ella optó por tener su
cabeza rapada.
Como imitadores de Cristo estamos llamados a ser pacificadores,
tolerantes, amables, pacientes, misericordiosos y respetuosos.
Y por encima de todo, perdonar y dar amor sin importar las
circunstancias.
Este
incidente demuestra que la humanidad necesita a Dios para sanar los corazones y
aprender a ser solidarios con la enfermedad y la necesidad de otras personas. Busquemos a Dios para que sus palabras se cumplan en nuestra vida: "Y
os daré un corazón nuevo, infundiré en vosotros un espíritu nuevo, quitaré de
vuestra carne el corazón de piedra y os daré un corazón de carne." (Ezequiel, 36 -26) Amén.
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