Oración del día
Amado Dios:
Gracias por esta nueva oportunidad que nos das al permitirnos ver la luz del sol. Hoy quiero que nos instruyas y escuches nuestras plegarias. Responde pronto con tu auxilio. Señor, mira que perecemos si no vienes pronto en nuestra ayuda.
En el cemento fresco es fácil dejar
una huella. En los niños pasa algo similar. Es en los primeros años que debemos
sembrar principios y valores humanos que los hagan verdaderos hijos de Dios. Si
lo hacemos con amor y autenticidad podemos dejar en ellos una huella imborrable
que recordará a estos niños su camino hacia Dios.
Sucede con algunos de nuestros
errores algo similar. Pueden dejar en nuestra alma y mente y quienes nos rodean
huellas e impresiones desagradables que en algunos casos jamás podrán ser
borradas durante nuestra vida terrena. Recordemos que Dios conoce todos
nuestros pensamientos, palabras y hechos. El nos dice que debemos perdonar las
ofensas si queremos que Dios perdone nuestras iniquidades. Es un pensamiento que
ilumina la luz que nos da la Palabra. Por nosotros mismos no podemos borrar
ninguno de nuestros pecados. Sin embargo, Dios mismo los borrará en nuestro
lugar, si confesamos a Él nuestras culpas y creemos en su Hijo amado que murió
por nosotros y para borrar nuestras equivocaciones. El profeta nos recuerda su
promesa: "A ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque
echaste tras tus espaldas todos mis pecados. Yo, yo soy el que borró tus
rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados... Yo deshice
como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque
yo te redimí" (Isaías 38:17; 43:25; 44:22). Estamos en tiempo de
reconciliación. Vayamos a Dios para que perdone todas nuestras iniquidades. Que
hoy sea un día de conversión y que Dios nos perdone para que podamos sentir su
presencia en nuestros corazones. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario