Oración del día
26 de enero de 2023
Padre nuestro:
Te alabamos y
bendecimos en este nuevo día. Incierto es el futuro para el ser humano. Aunque
muchas instituciones del orden nacional e internacional hagan previsiones y
cálculos según las estadísticas ninguno puede asegurar que el día de mañana nos
pertenece. Muchos se ufanan porque de acuerdo con su prospectiva económica todo
irá de maravilla. Pero la ciencia y la tecnología humanas no pueden prever
otros factores que son imprevistos como terremotos, revoluciones, guerras,
Tsunamis, sequías, accidentes, etc. De repente la muerte sale a nuestro paso
cuando no la esperábamos. Así Dios manifiesta que es el dueño de la vida y que
nosotros, como dice Job, somos simples gusanos. (Job 25:6). En nuestra
comodidad y soberbia no queremos admitirlo. Así el día de hoy sea aciago
decimos mañana será excelente y todo irá mejorando con el paso del tiempo. Dios
derriba la vanidad y la soberbia humanas. “El convierte los ríos en desierto, y
los manantiales de las aguas en sequedades”. (Salmo 107:33). El profeta nos
recuerda: Yo el Señor, que lo hago todo… que hago volver atrás a los sabios, y
desvanezco su sabiduría”. (Isaías 44:24-25).
Sin embargo, aunque
tengamos pesares y desgracias, Dios nos ama. Estos acontecimientos que
calificamos de malos son llamadas de Dios para que lo reconozcamos y aceptemos
que estamos de paso. Que fuimos llamados a la existencia para prepararnos y
después vivir una vida feliz en la presencia de Dios. Debemos estar siempre
prevenidos porque ninguno puede asegurar el día de mañana. Si tenemos confianza
en Dios acataremos sus palabras y seguiremos a su Hijo amado que también vino a
este mundo a morir, pero antes nos dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la
vida; nadie viene al Padre, sino por mí”. (Juan 14:16). Señor, danos sabiduría
para comprender tu santa voluntad y concédenos una muerte digna. Amén.
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