oración del día
18 de febrero de 2023
Amado Dios:
Te bendigo y alabo en este nuevo día. Dame
sabiduría para entender que nos diste una vida corta, pero con un propósito.
Cuando un médico informa a su paciente o a sus
familiares que esa enfermedad inevitablemente conducirá a la muerte en pocos
días, la reacción es de incredulidad. El ser humano se resiste a creer que la
muerte ronda desde que se nace. Está convencido de que la muerte es un
acontecimiento que puede suceder en casa del vecino, pero no en su casa.
Mientras no llega una enfermedad considera que la vida es eterna y que todos
los días sucederán uno tras otro sin novedades aciagas y que todo el camino
serán rosas y risas a lado y lado.
Siempre se deja para después lo esencial. Se
tienen sentidos que informan de lo que sucede en nuestro cuerpo y entorno, pero
no le damos importancia porque se cree que eso no afectará nuestra vida. Es que
somos ciegos para ver e interpretar los signos de cada día. ¿Por qué es
necesario estar gravemente enfermos para comprender que la vida es corta y que
tenemos una misión a realizar a la cual fuimos llamados?
El apóstol Santiago nos dice que la vida es
como una neblina (Santiago 4:14). La vida es frágil. Dios lo quiso así para que
le diéramos valor. Darle valor significa que la aprovechemos al máximo. Sin
excesos, porque los excesos conducen a enfermedad y ruina.
El vino es escarnecedor, la bebida fuerte
alborotadora, y cualquiera que con ellos se embriaga no es sabio. (Proverbios
20:1).
Detengámonos hoy a reflexionar sobre nuestra
vida y buscar a Dios ahora que disponemos de fuerzas. A Dios le agrada lo que
libremente escogemos para nuestro bien y su honra y gloria. Dios nos conceda
salud y sabiduría para comprender lo frágil que es la vida. Amén.
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