Oración del día
27 de febrero
de 2024
En este bello amanecer elevo mis ojos hacia ti para reconocerte como mi Dios y Salvador. Quiero meditar en tu palabra.
Hay montañas que al subirlas nos permiten
admirar el paisaje con sus valles, llanuras y poblados. Mientras recuerdo
maravillado la belleza de esos lugares pienso en el siguiente versículo: “Los
ojos del Señor contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los
que tienen corazón perfecto para con él”. (2 Crónicas 16:9) Desde las primeras
páginas de la Biblia observamos que Dios mira su obra y está atento a cuanto
sucede. "Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran
manera" (Génesis 1:31). Dios se vale de la historia humana para dar
cumplimiento a su propósito. Aunque muy pronto el pecado del hombre corrompió
la asombrosa armonía del universo y la biodiversidad del planeta: "Y miró
Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida" (Génesis 6:12). Sin
embargo, "el Señor miró desde los cielos a la tierra, para oír el gemido
de los presos, para soltar a los sentenciados a muerte." (Salmo
102:19-20). Envió al Señor Jesús, su Hijo, para salvar a los pecadores. Aún
hoy, todos los que miramos con fe a Jesús, quien expió nuestros pecados, somos
salvos y llamados "justos". Somos "justificados gratuitamente
por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús" (Romanos
3:24). ¡Qué gozo para nosotros saber que "los ojos del Señor están sobre
los justos"! (1 Pedro 3:12). El Señor Jesús nos cuida. Él mismo dijo a
Dios: "Me llenarás de gozo con tu presencia". (Hechos 2:28). He aquí
el ojo del Señor sobre los que le temen, sobre los que esperan en su
misericordia. (Salmo 33:18). En estos momentos de gran tribulación no
desesperemos y pongamos toda nuestra esperanza en aquel que murió por nosotros.
Amén.
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