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Un propósito para este año.

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Comenzar el año llena de esperanza a quienes aún tienen fe y de temores a quienes carecen de ella. Pero los colores de la esperanza escasean y los de los temores lo tiñen todo. Sobre todo en una sociedad que en cada amanecer lanza nubarrones y envuelve en crisis sus instituciones y ciudadanos. Para muchos no cesa “la horrible noche”. Y el año no muestra un cielo despejado que deje ver el horizonte halagador. Es por eso que necesitamos renovar nuestra fe. Pero este concepto no tiene sentido sin un acercamiento a Dios. Recordemos que sin Dios no hay fe y sin fe no se puede ver a Dios. Algunos dirán que eso de la fe y depositar nuestra confianza en Dios es preocupación de los ilusos. Muy pocos reconocen que existe un Dios que bien puede salvar al ser humano de la desesperación y el nihilismo. Y que esto sea claro: No son las religiones las que salvan; es Dios el dueño del poder y sólo Él puede salvar a quien le pide su protección. Un gran gentío se ve ir de templo en templo y pas...

Poetas y creyentes.

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Muchos piensan que la poesía, para que tenga una razón de ser en esta época de consumismo, producción y aparente bienestar, tiene que hacerse, siempre y cuando se persiga una causa de similar naturaleza, es decir, debe ser utilitaria. Es incomprensible para esta generación que se hable de temas que tocan al destino del espíritu humano, si como dicen algunos jóvenes educados en prestigiosos colegios y que por estos días se gradúan de bachilleres, que para qué orar o implorar misericordia a un Dios que no existe, si todos somos hijos del Big Bang. Y para qué detenernos en la belleza de una flor si su vida en tan efímera que sus pétalos desaparecen con la misma rapidez del viento que las acaricia. Y para qué perder tiempo leyendo odas, sonetos o epitalamios si esas cursilerías no despiertan el amor como si lo hacen las medicinas afrodisíacas y los videos calificados con tres X. Es que asistimos a prácticas sociales que rechazan el sentimiento piadoso porque no lo conocen y no ...
Entre bicicletas  y votos. Por Efraín Gutiérrez Zambrano Colombia vive dos momentos de suma importancia para su historia, pero esos tiempos, aunque son sincrónicos, si se analizan son antagónicos. Comencemos por buscar las ventajas de las bicicletas y encontraremos que son el medio de transporte más barato y saludable, tanto para el usuario como para el medio ambiente. En el deporte, la bicicleta todavía cuenta con espacios públicos donde puede la juventud entrenar sin tener que pagar las altas cuotas de entrada al club donde sólo los de blanco y dinero pueden ingresar. Así el ascenso social que debiera dar la educación (en entredicho por estos días como consecuencia de sus pésimos resultados) lo tiene el ciclismo y ha servido a jóvenes humildes para subir al podio y coronarse con la espumosa y efímera emoción del triunfo. Pero han dado al pueblo, así sea momentáneamente, la esperanza que la política se niega a sembrar y donde sus protagonistas, contrario al buen ejemplo de ...

Una fábula para provocar risas y llantos.

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Casi todos los cuentos comienzan con la tradicional frase Érase una vez…, pero como esto no es cuento y menos de niños, y el fenómeno indigna,   debe decirse que lo que sucede es que hay un zorro que viene escandalizando a las desmemoriadas gallinas y a otros animales de la granja que en el aire no se escucha otra cosa que aplausos y vituperios. Aplausos que amplifican los amigos del zorro y vituperios que repican los cascabeles de quienes no comparten sus desmanes. Esto demuestra que en esta granja, perteneciente a La Gran Hacienda, la polarización de sentimientos sigue tan campante como en los tiempos bélicos de los Mil Días.  Y como en esos tiempos, pese al fragor y la crueldad del combate, el horizonte en los amaneceres se tiñe de verde y en las orondas nubes se dibujan rostros de paz.   Ha sido tan vehemente el deseo de paz y bienestar que hasta se ha buscado sobre barcarolas e islas, lejos de las miradas insidiosas que petrifican las aspiraciones y sueños de o...

Carta a los que se graduarán.

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Por Efraín Gutiérrez Zambrano Cuando uno tiene 15 años, está terminando su bachillerato y espera tanto de la vida, todo se puede resumir en un caos mental del que uno no sabe cómo salir. Por lo menos eso es lo que recuerdo yo de mi vida personal y después lo pude verificar durante tantos años de profesor con mis estudiantes. Lo peor de todo es que no se ven salidas prometedoras y sólo las incertidumbres cobran cuerpo a la hora de tomar decisiones. Y como en la vida fracasa quien no haya desarrollado la competencia para elegir lo mejor y más conveniente, no sólo  perderá el examen sino el año, como suelen decir los estudiantes. La consecuencia lógica de esa mala elección entre tantas opciones es la infelicidad para toda la vida. Algunos podrían señalar como una ventaja tener abundancia de opciones, pero es un error considerarla así. Federico Nietzsche escribió, aunque no recuerdo ahora en que obra suya, que “las convicciones son enemigas de la verdad porque son más peligr...

El campanazo de las pruebas Pisa

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Publicado en La Tribuna Enero de 2014 A finales del año anterior se dieron a conocer los resultados de las pruebas Pisa y comenzaron estudiosos y críticos a buscar culpables del pésimo desempeño de la gran mayoría de nuestros estudiantes. “Es un campanazo de alerta”, dijo la Ministra de educación. Los profesores estaban entretenidos con la finalización de labores académicas que exige un gran desgaste y no tuvieron tiempo de analizar y comparar, porque al fin y al cabo, pruebas Saber y Pisa reflejan lo mismo, pero las primeras son internas y aunque las comparaciones son odiosas, no por esta molestia dejan de ser necesarias las segundas para saber cómo estamos en el concierto del mundo. De ahí la importancia de las Pisa. Aquí podemos alabarnos y pontificar sobre la calidad de la educación, pero la auditoría externa nos dice que es mejor que cambiemos de agua bendita y hasta de sacristán. En consecuencia, si somos responsables de niños y jóvenes, gobiernos nacional y local, ins...

Para comenzar un nuevo año.

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Pronto comenzaremos a contar los días de un nuevo año. Mas no me asusta que las hojas del calendario caigan para sepultarnos sin que lo notemos porque crecer y envejecer son algo tan natural como la aurora y el crepúsculo y ambas son caras de la misma moneda. Mas hay días especiales en que el alma abre sus puertas para dejar que el aire entre a ventilarla para evitar que el moho se apodere de ella.  Son los días en que los anhelos se encienden como lámparas a media noche y las realizaciones toman el cuerpo de montañas que pintan el horizonte de esperanza.  Entonces las palabras que musitan los labios se acercan a los corazones que padecen hambre de ternura y sed de amor para dejar en ellos una brisa que apacigua su violento fuego.  Las horas del último día comienzan a congelarse como árboles endémicos frente a nuestros ojos y ante el espectáculo de la partida del viejo año sólo atinamos a sonreír a los demás y a comer uvas llenas de verdor.  Pero así somos los hum...