Oración del día
27 de
diciembre de 2023
Perdona
nuestra omisiones y palabras ociosas. Sabemos que oyes y escuchas. Ninguna
palabra pronunciada por los seres humanos escapa a tu soberanía. Mentiras,
blasfemias, injurias, difamaciones, vulgaridades... Todas estas cosas son
consideradas por Ti, Señor y Dios nuestro, como ultrajes que comete su
criatura. Leemos en el Evangelio que "de toda palabra ociosa que hablen
los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio" (Mateo 12:36). Así que hagamos de nuestras palabras bendiciones y buenos deseos para los demás. Y que todos podamos decir como el salmista:
Dichosos
aquellos cuyos pecados fueron borrados por la sangre de Jesús, los que
depositaron su confianza en el Salvador! No tendrán que ser juzgados, pero eso
no significa que Dios no escuche lo que dicen. Que ninguna palabra inoficiosa
salga de nuestra boca y entristezca a nuestro Señor, quien nos rescató pagando
con su vida (Efesios 4:29; 5:3-4). Más bien agradezcámosle por todas sus
bendiciones y oremos con confianza contándole nuestras necesidades. Él oye
nuestras oraciones, las escucha, está atento y las responde (Salmo 65:2).
"Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios"
(Salmo 103:2). También está atento a todo lo que dicen sus hijos entre sí. Le
agrada oírlos hablar de su bondad, de las respuestas a sus oraciones y de la
esperanza de estar pronto con el Señor Jesús. Lo que más le gusta es oírlos
hablar del Salvador que tenemos en común. Para ello es necesario que sus
corazones y pensamientos estén llenos de Él: "De la abundancia del corazón
habla la boca" (Mateo 12:34). Claman los justos, y el Señor oye, y libra
de todas sus angustias. (Salmo 34:17) Entonces los que temían al Señor hablaron
cada uno a su compañero; y el Señor escuchó y oyó. (Malaquías 3:16) Que hoy te
amemos de verdad y que nuestras conversaciones sean alabanzas a nuestro Padre y
Señor. Amén.
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