Oración del día
3 de diciembre de 2023
Desde la mañana buscamos el verdadero reposo. Nuestra vida en este mundo es incierta y agitada: trastornos y dificultades acompañan nuestros días. “Nos fatigamos, y no hay para nosotros reposo”. (Lamentaciones de Jeremías 5:5) Frecuentemente nos salpican acontecimientos que traen cansancio, fastidio, y suspiramos por un verdadero reposo, sin violencia, sin envidias, una estabilidad que no hallamos. Uno de tus profetas escribió: "No es este el lugar de reposo, pues está contaminado, corrompido grandemente" (Miqueas 2: 1 0). Gran verdad expresó. Este deseo de reposo, este profundo anhelo, sólo puede ser satisfecho por ti, Señor Jesús.
Antiguamente Dios intervino a favor
de su pueblo que estaba cautivo en Egipto. Declaró: "Bien he visto la
aflicción de mi pueblo que está en Egipto... y he descendido para
librarlos..." (Éxodo 3:7-8). Aún hoy intervienes a favor de aquellos que
están cansados del camino de la vida y que te buscan con sincero corazón. Creemos
que eres el Hijo unigénito, quien vino del cielo para liberarnos de la
servidumbre del pecado y de sus consecuencias. Escuchemos hoy esta invitación
del Señor Jesús: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y
yo os haré descansar" (Mateo 1 1 :28). Tú, nuestro salvador puedes
descargar nuestro corazón del peso del pecado, porque tú mismo llevaste esta
carga en la cruz, soportando el juicio de Dios que nosotros merecíamos. Sólo hay
descanso en el tierno amor de tu corazón,
Señor Jesús. Tú, siempre fiel,
compartes el peso y el dolor que nos agobia cuando marchamos con la cruz de
cada día. Señor, danos tu paz y tu consuelo en este nuevo día. Amén.
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