Oración del día
14 de abril de 2024
Gracias, oh, Padre,
por este milagro del amanecer, por el pan que envías a nuestras mesas, por el vestido que nos cubre y protege, por el techo que nos libra de la lluvia inclemente, por los brazos que nos acogen sin hipocresías, por las palabras de consuelo que llegan oportunas a nuestros corazones abatidos.
Gracias por la belleza de las flores, la serenidad
de las estrellas, el sol, la luna, las maravillas del universo.
Gracias por este momento de luz en que nuestros
labios te alaban.
Hoy es un día de oración y gratitud.
Gracias por haberte quedado en la Eucaristía para acompañarnos y alimentarnos
todos los días.
Gracias por la vida de tu Hijo amado, Jesús, pan de la vida. Él me
alimenta con su Palabra, su Sabiduría, su ejemplo de amor. Más aún,
Jesús me invita a ser un “pan” como él, para los demás, sobre todo
para los que están a mi alrededor.
Jesús es el pan de la entrega. Jesús se entrega a la muerte
por nosotros. De esa forma nos comunica la misma vida de Dios. Y Él ha
querido que podamos comulgar y recibir su cuerpo en la eucaristía de pan y vino
para alimentarnos también con su carne y con su sangre. (Leamos Juan 6, 51-58)
Antes de acercarnos a la mesa del Señor debemos orar. La oración debe
ser el incienso de nuestra vida. Como lo enseña Pablo: “Por tanto, ya comáis,
ya bebáis, o hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.”
Te pedimos que tu Santo Espíritu nos inspire y que como el ciego
escuches nuestra voz: “Señor, que veamos de nuevo.” Que nuestras miserias
pasadas salgan de nuestro cuerpo y nuestras casas para que libres te
agradezcamos y glorifiquemos llenos de gozo y alegría. ¡Amén!
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