Oración del día
17 de abril 2024
Tú eres nuestra alegría en este nuevo día. Gracias por darnos vida para contemplar la belleza de tus obras.
Estamos llenos de júbilo porque te acordaste de nuestra condición de
pecadores y esclavos de nuestros vicios. Enviaste a tu hijo para que muriendo
en la cruz nos abriera las puertas de la vida eterna. Este es un día de Pascua. El Señor pasa frente a mi puerta y quiero
verlo.
Repitámoslo una y otra vez, con un respeto profundo y una gran
alegría. Por eso
podemos decir con el salmista: "Sólo en Dios descansa
mi alma, porque de él viene mi salvación; sólo él es mi roca y mi salvación, mi
alcázar, no vacilaré" (Sal 61,2-3). Esa es y debe ser la aspiración de
quien cree en Jesucristo. Como Zaqueo, debemos esforzarnos para ver a nuestro
Maestro. Subirnos al árbol, si es preciso. El árbol de la cruz lleno de frutos
para quien desee saciarse. Que él sepa que lo necesitamos y nos responda:
«Apresúrate, desciende, que quiero alojarme en tu casa.»
Esa es la aspiración de Dios, que el ser humano lo acepte, que abra las
puertas de su alma para recibirle y alojarle. «Es necesario que me aloje en tu
casa.» Jesucristo, desde la última cena así lo manifestó y quiere habitar en
nuestra alma junto con el Padre y el Espíritu de Amor, para que, según la
expresión del discípulo amado, vivamos «en sociedad» con ellos, que estemos en
comunión con ellos (l Juan 1,3).
Gracias Señor Jesús, por tu entrega incondicional, por tu amor. El
Maestro nos dice: «Apresúrate a descender». Que hoy nuestras almas escuchen su
voz. ¡Amén!
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