Amado Dios:
Preguntas desgarradoras se hacía Job, abrumado por grandes pruebas como
perderlo todo, incluso su familia. ¿Por qué el sufrimiento? ¿La vida es
absurda? ¿Por qué se da luz al trabajado, y vida a los de ánimo amargado? (Job
3:20). Tarde o temprano, cada uno se
hace esta pregunta y se interroga sobre el sentido de su propia vida, en la
cual se alternan días felices y de sufrimiento, y de repente, sin que lo
esperemos, nos visita la inexorable muerte. La palabra «absurdo» surge ante tal
descripción y podría servir de escapatoria si la mente humana la acepta. Sin
embargo, sigue buscando sin hallar respuesta. ¿Es posible que la vida del
hombre no tenga ningún significado, que el mundo moral no tenga ninguna
coherencia? La belleza, la vida, el amor... ¿no tendrán ningún sentido? ¿Por
qué tengo ese doloroso sentimiento de soledad y vacío, cuando siento que mi
vida debería ser plenitud, comunión y amor? Muchas generaciones han hallado la
respuesta a estas preguntas legítimas. Dan testimonio con gozo y seguridad de
que su alma halló descanso únicamente en Dios, mediante la fe en su Hijo,
Jesucristo. Cuando acepté a Dios y su amor por mí, su criatura, la paz y la luz
brotaron en mi sediento corazón. A todos los que humildemente piden a Dios
sabiduría, él la da abundantemente y sin reproche (Santiago 1:5). Cambiaré su
lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su dolor... dice el Señor. (Jeremías
31:13-14)
Pidamos hoy a nuestro buen Padre un poco de sabiduría
para entender muchos pasajes de nuestras vidas donde pareciera que Dios nos ha
abandonado. Digamos con el salmista: "El Señor es mi pastor; nada me
faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de
reposo me pastoreará. Confortará mi alma; me guiará por sendas de justicia por
amor de su nombre". Gracias Señor por tan bello amanecer y tu misericordia.
(Salmo 23:1-3). Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario