Oración del día
27
de marzo de 2024
Creo, en este nuevo día, que tu Hijo Jesús murió por mí. Su sangre me ha lavado de la mancha del pecado. Perdóname por ser indiferente ante tu amor de Padre bondadoso.
Ten piedad de mí, oh Dios,
en tu bondad, por tu gran corazón, borra mi falta.
Que
mi alma quede limpia de malicia, purifícame tú de mi pecado.
Pues
mi falta yo bien la conozco y mi pecado está siempre ante mí;
contra
ti, contra ti sólo pequé, lo que es malo a tus ojos yo lo hice. Por eso en tu
sentencia tú eres justo, no hay reproche en el juicio de tus labios.
Perdona
mis acciones motivadas por el egoísmo y la maldad. Gracias por tu perdón y tu
gracia. Dame el verdadero arrepentimiento para que con un corazón contrito y un
rostro avergonzado te confiese mis faltas. Sólo tu amor puede cambiar la
sentencia que merezco como culpable de mis equivocaciones. Gracias porque
cumpliste tu promesa de enviarnos a tu Hijo para que nos rescatara de las
garras del pecado. Él, inocente, entregó su vida para librarme de la pena
merecida. El castigo que yo merecía cayó sobre Él. (Isaías 53:5) Gracias porque
tu Hijo consiguió que “donde el pecado abundaba, sobreabundara la gracia”.
(Romanos 5:20) Gracias por perdonar mis faltas y abrir las puertas de la vida
eterna a este ser humano que ante ti se confiesa pecador. Amén.
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