Oración del día
17 de marzo
de 2024
Señor:
Te reconozco,
en este nuevo amanecer, como Padre y deseo alabarte y darte gracias.
Siento amor
por mis hijos y pienso que se parece al amor de Dios por su pueblo. Somos su
familia. Pero luego recordé tantas noticias sobre los abusos de los padres,
incluso algunos que llegan a la muerte violenta de sus hijos. También vino a mi
memoria que, yo mismo, he cometido errores con mis hijos. Muchas veces
escogemos lo que más conviene a nuestros intereses y de manera egoísta nos
olvidamos de darles amor verdadero. Creemos que darles dinero y cosas es
suficiente y que ellos serán felices.
Pero Dios
nunca falla. Él siempre quiere lo mejor para nosotros. No dudó en darnos
incluso a su propio hijo para morir en nuestro lugar en la cruz, para que
podamos tener vida eterna. Y para que fuéramos llamados Hijos de Dios. Somos
hijos del mismo Dios. Él llena de bendiciones a quienes lo reconocen como Padre
y lo obedecen.
¡Fíjense qué
gran amor nos ha dado el Padre, que se nos llame hijos de Dios! ¡Y lo somos! El
mundo no nos conoce, precisamente porque no lo conoció a él. (1 Juan 3: 1)
El amor de
Dios no tiene comparación. Pensemos en las circunstancias que rodean nuestra
vida y digamos con fe:
Señor, te
agradezco tu inmenso amor. Tu amor no puede compararse con nada terrenal. El
amor perfecto sólo existe en ti y quiero que no olvides que soy tu hijo y
necesito de tus bendiciones. Protégeme de todo mal y llévame por el camino
recto. Amén
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario