Oración del día
19 de marzo de 2024
«Lo quiero como a la niña de mis ojos». Esta expresión
evoca lo más valioso en la vida. Pero no siempre comprendo qué es lo que debo
amar. Los ojos, en efecto, tan frágiles y complejos, me transmiten la luz, las
formas y los colores. Sin embargo, hay cosas que mis ojos no pueden ver. Recuerdo
que dijiste, Señor Jesús, a tus discípulos: "¿Teniendo ojos no veis, y
teniendo oídos no oís?" (Marcos 8:18). Señor, te pido que pueda decir como
el ciego a quien devolviste la luz: “Una cosa sé, que habiendo yo sido ciego,
ahora veo”. (Juan 9:25) Dame el entendimiento para comprender el significado de
tus palabras. Dame la sensibilidad para admirar la belleza de tus obras. Que
pueda como Simeón, el anciano del templo, tener en mis brazos al niño Jesús y exclamar:
"Han visto mis ojos tu salvación" (Lucas 2:30). Que te pueda
descubrir en cada uno de los seres humanos que sufren. Estoy convencido de que
la majestad y el poder divinos se manifiestan en la naturaleza y el amor divino
brilla en la humildad, la muerte y la resurrección de tu Hijo amado, Jesús. Que
hoy comprenda sus palabras: “Han cerrado sus ojos; para que no vean con los
ojos, y oigan con los oídos, y con el corazón entiendan, y se conviertan, y yo
los sane”. (Mateo 13:15). Ven pronto en mi auxilio y líbrame del mal. Amén.
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