Oración del día
14 de junio de 2022
Padre celestial:
Hoy te alabo y bendigo.
Gracias por este día que me brindas para reflexionar y trabajar.
El camaleón
es una extraña creatura si la observamos con atención. Un maestro del disfraz.
Es un animal que llama la atención cuando alguien se detiene a mirar como se
mueve. La sorpresa primera es que sus movimientos son extremadamente lentos. Es
miedoso en extremo, y su medio de defensa es esa extraña facultad que tiene de
cambiar voluntariamente de color para ocultarse y confundir a sus enemigos y
víctimas. Su piel está compuesta por células que toman diversas pigmentaciones
y se pueden retractar, dilatar y mezclar, de modo que produce toda una gama de
colores según el paisaje que lo rodea.
Excelente
cazador con su forma de actuar lenta y segura para atrapar al imprudente
insecto que se acerca a su espacio. Con un rápido movimiento de la lengua, sin
mover su cuerpo, el camaleón engulle a su víctima.
El diablo,
otro maestro del engaño se camuflado en los aspectos seductores de un mundo
aparente y hedonista.
“Sed sobrios,
y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar”. (1 Pedro 5:8).
El diablo está
al acecho listo para atrapar a los seres humanos en sus redes. Sabe que la
naturaleza humana es proclive a los vicios como la mentira, la gula, la codicia,
el desenfreno sexual, y se presenta a cada uno bajo el aspecto que más le
conviene. Ya en el huerto de Edén, la voz del tentador sedujo a Eva con
palabras que ella interpretó como promesa insólita. Su técnica se perfecciona y
se mantiene bajo las apariencias de los placeres efímeros y atractivos. Satanás
atrae el corazón de sus presas y las seduce. Primero provoca la duda, luego la soberbia
y después la rebelión contra Dios nuestro creador. No faltan los que olvidan a
Dios y no piensan más que en vivir de carnaval en carnaval.
Estemos
atentos. Huyamos de este peligroso enemigo tan pronto como percibamos sus
ofrecimientos e ilusiones, y no tratemos de desafiarle o de confiar en sus
promesas. Mucho menos dialogar con él porque sus argumentos son falacias y confunden.
“El mismo
Satanás se disfraza como ángel de luz”. (2 Corintios 11:14).
Pidamos a
Dios, en este amanecer, la fuerza de su Santo Espíritu para vencerlo con
sabiduría. Amén.
Muchas gracias este mensaje es muy real y debemos ser muy inteligentes y no dejarnos seducir por satanás.
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