Oración del día
Padre Eterno:
Hoy me levanto con la fuerza que tu Santo Espíritu me da. Invoco tu nombre para reconocerte como mi Dios y Señor de mi existencia.
En este amanecer recuerdo que tu amado
Hijo enseñó al
género humano su misión y su fin último. Fue él quien dijo de qué le sirve al
hombre ganar este mundo si pierde su alma. Él, Verbo de Dios, expresó en profundos
consejos y parábolas tu santa voluntad como Dios invisible y antes de morir nos
ordenó que nos amáramos como hermanos. Hermanos no nacidos de la carne, sino
del Espíritu Santo. Toda palabra de los labios de Cristo –tanto si se trata de
palabras dirigidas a un discípulo o a un contradictor, tiene la finalidad de beneficiar
al ser humano. Cristo advierte, explica, corrige, consuela, persuade, y en su
amor misericordioso ora por quienes son sus discípulos para que no sean
condenados al suplicio eterno por desatender sus preceptos. Sus palabras
siempre tienen un significado de vida eterna y buscan trazar el camino que
conduce hacia la visión beatifica.
Señor
Jesús, en este día que nos concedes, envía sobre nosotros tu Espíritu para que
podamos comprender el mensaje del Evangelio. Danos la sabiduría y fortaleza
para que podamos hacer realidad tu Reino de amor en medio de nosotros. ¡Qué difícil
es para nosotros amar! Permite que en este día nuestras acciones tengan el
sello del amor y que todo cuanto hagamos sea para honor y gloria del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
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