Oración del día
28 de junio de 2022
Gracias, Padre celestial
por este bello amanecer. Gracias por la
caricia de la brisa que me demuestra que estoy vivo.
Hoy
recuerdo cuando tu Hijo Jesús pasaba por la ciudad de Jericó y Zaqueo, un rico
recaudador de impuestos, trató de verle, pero como era pequeño de estatura, no
lo consiguió. Entonces corrió y se subió a un árbol.
“Y cuando
Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio y le dijo: Zaqueo, date
prisa, desciende, porque hoy es necesario que me aloje en tu casa. Entonces él
descendió aprisa y le recibió gozoso. Y al ver esto, todos murmuraban, diciendo
que había entrado a alojarse en casa de un pecador. (Lucas 19: 5-7)
Pero
el evangelista nos dice que Zaqueo era generoso y siempre estaba dispuesto a
reparar sus errores. Sentía sed espiritual e hizo todo lo posible para
encontrar a Jesús, sin preocuparse por lo que la gente dijera de él. ¡Y oyó que
Jesús lo llamaba por su nombre! Entonces bajó rápidamente del árbol y recibió
con gozo al Señor Jesús en su casa.
Hoy,
quizá por medio de esta reflexión u oración, Jesús te invita a leer, escuchar y
dar testimonio de tu sed espiritual. No dejes que el temor o el qué dirán te
detengan. Haz todo lo posible para acercarse a Jesús. Él te llama ahora mismo:
"... hoy es necesario que me aloje en tu casa", en tu corazón. ¿Dejarás
pasar de largo a tu Señor?
Zaqueo
no imaginaba que Jesús lo conocía y discernía su deseo de verle. Quizás tú
pienses que nadie se da cuenta de tu sed espiritual. Sin embargo, el Señor te conoce
por tu nombre y comprende tus deseos más profundos. Él vino a este mundo para
colmarlos, pero desea que tú le abras la puerta de tu corazón para llenarlo de
gozo. Deja entrar a tu casa a quien desea saciar tu sed de vida eterna y
bendecir a los que amas. Di conmigo:
Señor,
dame la oportunidad de alojarme en tu casa por toda la eternidad. Amén.
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