Oración del día
11 de agosto de 2022
Padre celestial:
Gracias por el don de la vida. Gracias por permitirnos dialogar contigo y con
quienes a diario te alabamos con estas reflexiones y oraciones.
Un estudiante, recuerdo en este
amanecer, me interpeló en clase: “Tú que eres filósofo y escritor sabes muy
bien que pruebas científicas de la existencia de Dios no existen”. Como no era
la primera vez que me hacían este comentario, respondí con espontaneidad:
“Tienes razón. La ciencia busca causas en los fenómenos que podemos palpar con
los sentidos, pero a Dios sólo se le halla a través de la fe”. El método
científico, trabajo arduo y de mucha observación, permite llegar a
descubrimientos sorprendentes. Pero la inteligencia del Creador del universo no
se agota con dos o tres teorías. Hay muchos fenómenos por explicar y en la
dimensión moral y espiritual sólo tu fe puede conducir a la comprensión. Sin fe
sólo se hayan dudas y oscuridad. Dios es Luz, pero sólo brilla en quien lo busca.
La verificación, muchas veces, confirma que la ciencia también puede formular
hipótesis equivocadas, como cuando afirmaban los hombres de ciencia el
geocentrismo y hasta repudiaban al que se atrevía a discrepar de sus
paradigmas. A Dios hay que buscarlo donde menos se espera que se revele: “Como
heraldo del Señor vino un viento recio, tan violento que partió las montañas e
hizo añicos las rocas; pero el Señor no estaba en el viento. Después del viento
hubo un terremoto, pero el Señor tampoco estaba en el terremoto. Tras el
terremoto vino un fuego, pero el Señor tampoco estaba en el fuego. Y después
del fuego vino un suave murmullo. Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con
el manto y, saliendo, se puso a la entrada de la cueva. Entonces oyó una voz que
le dijo: —¿Qué haces aquí, Elías? Él respondió: —Me consume mi amor por ti,
Señor Dios Todopoderoso. (1 Reyes 19:9-18)
Perdona, Padre bueno,
nuestra falta de fe. Perdona que te busquemos en lo espectacular. Perdona que
creamos más a la ciencia que a tu Hijo, Jesucristo. Danos hoy sabiduría y envía
sobre nuestros hogares tu Espíritu Santo para que oyendo la Voz que viene de lo
alto hagamos tu santa voluntad y que nosotros comprendamos las palabras del
apóstol: “Nadie puede agradar a Dios si no tiene fe. Cualquiera que se acerque
a Dios debe creer que Dios existe y que premia a los que lo buscan”. (Hebreos
11:6). Por favor, Dios nuestro, escucha nuestras plegarias y danos tu
misericordia. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario