Oración del día

28 de agosto de 2022

 Padre bueno:

 No te niego, que muchas veces, siento un vacío en mi ser. Es consecuencia de la fragilidad de la vida, es lo que sigue a las alegrías efímeras del mundo. La diversión del baile, las intrigas de una buena novela, el suspenso del cine, las responsabilidades del trabajo o el estudio, los sabores de los alimentos, el amor de pareja… pero todo es tan pasajero. Reconozco que soy voluble y nada me deja satisfecho. Es mi naturaleza humana. Así nos hiciste. Tenemos una niñez inocente, luego una juventud impetuosa y descendemos la montaña con la gravedad de los años hasta cerrar los ojos para no despertar. Sin embargo, siento que necesito un amor duradero e ilimitado, deseo formar parte del Paraíso de Amor que prometiste al buen ladrón.

“Hacia ti tiendo las manos, sediento de ti, cual tierra seca.

Por la mañana hazme saber de tu amor, porque en ti he puesto mi confianza”. (Salmo 143:8)

Llena mi corazón con tu mansedumbre, perdona mis pecados y dale sentido a mi existencia para que llenes este vacío que ahoga mi consciencia. Te lo suplico en el nombre tu amado Hijo, quien dio su vida para llevarnos a la eternidad plena. Amén.