Jesús, el Hijo de Dios.


Creer en la divinidad de Jesús no es fácil para un mundo que no tiene principios y valores que guíen sus acciones y no acepte que la materialidad de la vida es superada por una existencia trascendental que da sentido a lo sensible. A menudo Jesús habló de sí mismo empleando expresiones categóricas. En Jesús hallamos doble naturaleza. Por eso Él pudo decir: "Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás". "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá". "Yo y el Padre uno somos" (Juan 6:35; 11:25; 10:30). Las declaraciones de Jesús son tanto más sorprendentes cuanto que sabemos que tenía una humildad incomparable y un perfecto equilibrio. Era un hombre que iba haciendo el bien a quien lo requería, tenía una pureza moral perfecta que le permitía llamar la atención con una autoridad nunca antes vista. En presencia de los que lo odiaban, afirmó que no tenía pecado, y nadie pudo contradecirlo. Tanto sus amigos como sus enemigos dieron testimonio de su perfección. El apóstol Pedro, retomando las palabras de Isaías, insistió sobre el hecho de que Jesucristo no cometió pecado (1 Pedro 2:21-23). Jesús declaró ser el Hijo unigénito de Dios y formar una única persona con el Padre. Por lo tanto, tiene derecho a recibir los mismos honores que Dios el Padre. Algunos por esta razón lo tildaron de blasfemo. Si leemos con atención el Evangelio nos daremos cuenta que aceptó la adoración de Tomás, pero reprendió a un joven que vio en él simplemente a un hombre, por bueno que fuese. Este es el error común en que caemos. Aceptar a Jesús como hombre pero no admitirlo como Dios. Sin embargo, sus acciones demostraron que es Dios: resucitó muertos, sanó leprosos, alimentó multitudes, perdonó los pecados... Cuando apareció resucitado ante los suyos, los convenció de que vive eternamente. Y al darles el Espíritu Santo, les demostró que está glorificado a la diestra de Dios. Jesús también les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. Juan 8:58 Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Romanos 10:9
 ¿Acepta usted que "Jesús es el Hijo de Dios... el verdadero Dios"? (1 Juan 5:5, 20).


Comentarios

Entradas populares de este blog

Oración del día

Oración del día

Oración del día