La Biblia, ¿es la Palabra de Dios?

Por otra parte, la
Biblia está dirigida a todos los hombres, pero de manera especial habla a mi
conciencia. Es un diálogo interno el que suscita su lectura. El poder de su
mensaje y el impacto que tiene sobre mi alma es lo que me da la convicción de
que ella es verdaderamente la Palabra de Dios que guía la vida de quien acepta
y acata su mensaje. La Biblia orienta la vida y pone sobre la mesa las
consecuencias del pecado, tenemos que admitir que somos pecadores, pero también
nos dice que miremos hacia la cruz de Cristo si queremos evitar la muerte. En
el antiguo testamento Dios había dado como remedio para no morir, mirar hacia lo
alto el signo que indicó. “Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le
respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los
mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una
serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a
uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado”. (Números 21, 4-9)
Este es el resultado
de la obra de Dios en el corazón del cristiano: "El que cree en el Hijo de
Dios, tiene el testimonio en sí mismo" (1 Juan 5:10). Quien mira hacia lo
alto sabe que la Biblia es la Palabra de Dios; Jesús es su Pastor, él escucha
su voz. (Juan 10:27). De este modo, cuando el creyente lee la
Biblia, sabe que Dios le habla. La palabra de Dios es viva. (Hebreos 4:12) La
recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de
Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. (1 Tesalonicenses 2:13)
Dios nos invita a
dialogar con Él, a tener una relación de Padre a hijo, a seguir su consejo para
no extraviarnos en el camino hacia su Reino. La Biblia es el mapa, el GPS que
nos señala la ruta a seguir.
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