Confiemos en Dios

Para Dios todo es posible. (Mateo 19,26) Pero Él no puede obrar si el ser humano no confía en su poder. Si no se confía en su poder es porque no se cree en su existencia. En consecuencia, es indispensable que aceptemos que Dios camina a nuestro lado. Que nos responde si lo invocamos. En esta meditación debemos leer cada uno de los textos bíblicos e iluminarlos con la luz de la fe. Dios responde a quien le invoca, a quien a diario dialoga con Él y se pone en su presencia. "Y mi Dios proveerá a todas vuestras necesidades con magnificencia, conforme a su riqueza, en Cristo Jesús"
Filipenses 4,19

Dios conoce nuestras necesidades antes que nosotros se lo comuniquemos. (Mateo 6,8) La Palabra de Dios abunda en relatos y promesas que animan e ilustran que debemos confiar en Él. Sean cuales sean nuestras necesidades, podemos contar con el amor y el poder de nuestro Salvador. Los creyentes de todos los tiempos lo experimentaron: "En el desierto; de ninguna cosa tuvieron necesidad" (Nehemías 9,21). "La harina de la tinaja no escaseó, ni el aceite de la vasija menguó, conforme a la palabra del Señor" (1 Reyes 17,16).

"Habiendo obtenido auxilio de Dios, persevero hasta el día de hoy" (Hechos 26,22). "Pedid, y se os dará" (Mateo 7,7). "Abre tu boca, y yo la llenaré" (Salmo 81,10). "El Señor no dejará padecer hambre al justo" (Proverbios 10,3). "No os inquietéis por cosa alguna; antes bien, en toda ocasión, presentad a Dios vuestras peticiones, mediante la oración y la súplica, acompañadas de la acción de gracias." (Filipenses 4,6).

"Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos." (Mateo 6, 28-29)

Si a alguno de ustedes le falta sabiduría, pídasela a Dios, y él se la dará, pues Dios da a todos generosamente sin menospreciar a nadie. (Santiago 1,5).

"Así que, no se preocupen por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día sus propios problemas" (Mateo 6,34). "Reconoceré mis ovejas... Yo les daré aprisco, dice el Señor" (Ezequiel 34,12, 15). Y digamos como el salmista, llenos de confianza: "El Señor es mi pastor; nada me faltará" (Salmo 23,1).

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