¿Quién es Jesús para ti?

Historiadores, Flavio Josefo entre ellos, afirman que Jesús existió realmente. Su historia no es leyenda ni ficción. Pero, la pregunta que no se puede ignorar es ¿por qué fue crucificado? ¿Fue tan sólo una víctima inocente, símbolo de la injusticia y la corrupción de los tribunales de su tiempo? ¿Ha cambiado la justicia humana?

Cuando nuestra opinión se aparta de la fe lo que leemos es completamente diferente y las respuestas suelen ser imprecisas y contradictorias. Para algunos no es más un loco, un fantasioso e irreverente judío que denunciaba la opresión de todo tipo, pero no era capaz de organizar un ejército para liberar a su pueblo. Aquellos que leemos el Evangelio, sin prejuicios, hallamos en su palabra principios para guiar nuestra vida y logramos   discernir que Jesús es el Hijo de Dios y que aceptó sufrir la humillación y el escarnio público para darnos ejemplo y testimoniar su amor por el ser humano. Sabemos que resucitó al amanecer del tercer día y que se hizo el verdadero Cordero de Dios al culminar la Pascua. Dos ladrones, crucificados al mismo tiempo que Jesús, tienen puntos de vista diferentes. Uno de ellos, soberbio y desesperado, le dijo: "Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros" (Lucas 23:39). El otro, consciente de su condición de criminal y pecador, reprende a su compañero y se dirige a Jesús con palabras que denotan una gran confianza y una fe evidente: "Acuérdate de mí cuando estés en tu reino" (Lucas 23:42). Ese ladrón, condenado y señalado como enemigo de la sociedad siente que sólo Jesús tiene poder, más allá de la muerte y del sufrimiento, y lo puede liberar. De ese contexto y de las letras que coronan la cruz se deduce que Jesús es el Rey que volverá en cualquier momento. En su persona, herida y humillada, Dios revela su misericordia. ¡Qué gran amor el de Dios! Jesús murió para señalarnos el camino y la puerta de su reino, el reino de la vida eterna.

Mira con fe al que murió en la cruz por ti y por mí. Si lo haces, sin dudar, tendrás la vida eterna.