Oración del día
11 de abril de 2022
Padre celestial:
Gracias por este bello
amanecer. Hoy deseo que me instruyas y seas el sol que ilumina mis caminos. Que
tu Palabra sea mi alimento. Quiero formar parte de tu escuela…
El discípulo ingresa en la escuela de Dios a partir del momento en que acepta a
Jesús como su Salvador, y permanece en ella hasta finalizar su escolaridad, es
decir, hasta el final de su vida aquí en la tierra. En esta escuela el profesor
es Jesucristo mismo. Él es el Maestro de todos y se adapta al ritmo de aprendizaje de cada
uno. Entre el alumno y el profesor se desarrolla una relación de confianza, que
es la motivación para progresar.
“Te enseñaré el camino en
que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos”. (Salmo 32:8)
El manual escolar es la
Biblia. A través de ella descubrimos qué piensa Dios de los hombres, cuál es su
interés por ellos, qué hizo y qué quiere hacer aún por ellos. Es necesario
leerla y memorizarla para poder citarla en cualquier situación.
“Para que andéis como es
digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y
creciendo en el conocimiento de Dios”. (Colosenses 1:10)
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