Oración del día
14 de abril de 2022
Gracias, oh,
Padre,
por este
milagro del amanecer, por el pan que envías a nuestras mesas, por el vestido
que nos cubre y protege, por el techo que nos libra de la lluvia inclemente,
por los brazos que nos acogen sin hipocresías, por las palabras de consuelo que
llegan oportunas a nuestros corazones abatidos. Gracias por la belleza de las
flores, la serenidad de las estrellas, el sol, la luna, las maravillas del
universo. Gracias por este momento de luz en que nuestros labios te alaban.
Hoy es un día de oración y gratitud. Gracias por haberte quedado en la
Eucaristía para acompañarnos y alimentarnos todos los días.
Gracias por
la vida de tu Hijo amado, Jesús, pan de la vida. Él me alimenta con su
Palabra, su Sabiduría, su ejemplo de amor. Más aún, Jesús me
invita a ser un “pan” como él, para los demás, sobre todo para los
que están a mi alrededor.
Jesús es el pan de la entrega. Jesús se
entrega a la muerte por nosotros. De esa forma nos comunica la misma vida
de Dios. Y Él ha querido que podamos comulgar y recibir su cuerpo en la
eucaristía de pan y vino para alimentarnos también con su carne y con su sangre.
(Leamos Juan 6, 51-58)
Antes de acercarnos
a la mesa del Señor debemos orar. La oración debe ser el incienso de nuestra
vida. Como lo enseña Pablo: “Por tanto, ya comáis, ya bebáis, o hagáis
cualquier otra cosa, hacedlo todo para gloria de Dios.”
Te pedimos que
tu Santo Espíritu nos inspire y que como el ciego escuches nuestra voz: “Señor,
que veamos de nuevo.” Que nuestras miserias pasadas salgan de nuestro cuerpo y
nuestras casas para que libres te agradezcamos y glorifiquemos llenos de gozo y
alegría.
¡Amén!
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