Oración del día
25 de abril de 2022
Padre Celestial:
El zapateo de la lluvia sobre el tejado no
cesa. En este amanecer, es paradójico, el agua comienza a inquietarme. En los
noticieros se observa que no es una bendición del cielo sino una maldición para
muchos. El agua se ha llevado la ilusión y la esperanza de muchos, descendió
sobre la montaña, originó la muerte de sus pobladores y arrastró casas como si
fueran guijarros hasta perderlas en el lodazal, el trabajo de muchos años cayó
en las cloacas. El invierno no me deja ver el sol ni las flores que crecen en
las riberas del río.
"Pero
tú has visto la pena y el dolor, los miras y los recoges en tus manos. A ti el
desamparado se encomienda, a ti que al huérfano socorres."
(Salmo 10:14)
Como en los días de Noé bajo la
inclemencia del diluvio, mi oración se volvió lacónica: Señor y Padre nuestro,
por los méritos de la pasión y muerte de tu Hijo, ten compasión de nosotros y
del mundo entero. Que tu Santo Espíritu, nos llene de sabiduría y serenidad
para hacer frente a este invierno que nos aniquila. Nuevamente te lo digo, ten
compasión de nosotros y del mundo entero. Te lo suplicamos en el nombre de tu
Hijo amado, Jesús. ¡Amén!
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