Oración del día
15 de abril de 2022
Señor:
Te suplicamos tengas misericordia de tu pueblo. Concédenos salud para contemplar tu obra y gozar de tus bendiciones. Vamos en camino hacia la cruz, pero estamos temerosos de abrazarnos al árbol que nos da vida eterna y no sabemos cómo vivir sin agradecer por tu entrega a la muerte.
Tú, Señor, miras el
interior de cada uno, allí donde está la causa del dolor. Tú miras nuestro
egoísmo y nuestra carencia de amor verdadero. Eres consciente de nuestra
debilidad y falta de amor verdadero. Para curarnos te hiciste humano muriendo
en la cruz. Tú sabes que nos domina la arrogancia y no tenemos la
sinceridad profunda para aceptar los errores y ofensas de los demás.
Hoy queremos escuchar, Señor Jesús, tu voz que clama al cielo el perdón
de los pecados de la humanidad: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”
(Lucas 23:34) Perdónanos porque nuestras almas heladas se oponen al amor de
Dios. Perdónanos porque en nuestra ignorancia pedimos señales al cielo para
creer en el misterio de la cruz. Perdónanos porque somos indiferentes ante el
dolor y la necesidad de los demás. Perdónanos porque condenamos a muchos porque
no son como nosotros. Perdónanos porque llevamos una vida oscura y sin fe y abandonamos
el temor de Dios. Perdónanos porque hemos hecho de la familia un lugar sin amor
y sin dialogo.
Somos una sociedad que
vivimos del bullicio y los negocios, perdimos la bondad y caminamos sin la luz
de la verdad y ciegos para ver tu ejemplo de vida. No sabemos lo que hacemos porque
para saber primero hay que conocer al otro, y ahí está la causa de
nuestra gran miseria al hacer a otros seres humanos desechables al negarles su
dignidad de hijos de Dios.
Señor, permítenos anunciar
con nuestra vida, como Tú lo hiciste con tu ejemplo y entrega al asumir la
condición de esclavo para desde ahí elevarnos al cielo, al cielo de los sueños
y esperanzas, al cielo de la Verdad, al cielo de los que comparten y mitigan el
dolor ajeno.
Señor, danos
el privilegio de salir de nuestra condición de pecadores y permítenos caminar
llenos de gozo al encuentro de nuestra cruz. Concédenos una vida donde florezca
tu Palabra y donde nosotros, llenos de salud, seamos testimonios de tu amor. ¡Amén!
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