El poder del pensamiento.

Aunque algunos en su pesimismo y escepticismo no lo acepten, el pensamiento no sólo construye ideas sino que las vuelve realidad. Sobre este tema maravilloso hay mucha literatura, pero también existe bastante desconocimiento y carencia de fe. Para salir de esta falta de confianza es necesario el conocimiento y la sabiduría. El primero es información específica en tanto que la segunda es el acertado uso del sentido común. Antes de comenzar cualquier proyecto son necesarios la información y el análisis. Mientras más sepamos mayor será nuestra confianza en la realización del proyecto y la fe en que se llevará a cabo irá en aumento a medida que lo ejecutamos.

Como se puede deducir del conocimiento acumulado como de la experiencia propia, mantener una actitud mental positiva requiere ampliar los saberes y estimular la búsqueda de la sabiduría. Si queremos llegar a esa actitud de manera permanente debemos esforzarnos por comprender cómo funciona la mente humana y ser conscientes de sus posibilidades. Si lo hacemos nos daremos perfecta cuenta de que Dios nos dio una inteligencia para que nos guiara y ayudara a cumplir con nuestros anhelos.

No desconfiemos si a nuestra vida llegan dificultades, éstas  son parte integral y continua de este viaje que llamamos vida. Si nos oponemos a aceptar esta cruda realidad no otra cosa que la desgracia nos espera. Si vemos los problemas como consecuencias de un absurdo destino comenzaremos a creer que son el producto de la mala suerte y no podremos determinar la causa que los origina. La buena o mala suerte depende de la buena o mala organización de la existencia humana. Si actuamos como personas perversas es la maldad lo que cosecharemos, si en cambio decidimos poner bondad en nuestras acciones serán bendiciones las que llegarán a nuestras vidas. Tenemos el poder de elegir no sólo nuestros pensamientos sino también la calidad de nuestras acciones.

Tenemos que buscar siempre el punto de equilibrio entre lo positivo y lo negativo. El mundo y la realidad manifiestan las dos caras de una misma moneda. No es posible hablar de la noche sin comprender el día, o de señalar el color blanco sin mirar el contraste con el negro. Todo se halla entre dos extremos. Es lo que la filosofía llama unidad y lucha de contrarios. Pueden existir los hombres y mujeres perversos, pero eso no justifica que yo deba ser malvado. La inteligencia nos indica que la bondad está por encima de la maldad. Si nos oponemos a lo negativo y renunciamos al desastre la vida resulta ser más agradable y bendecida. Si hacemos un inventario veremos que los seres humanos de buena voluntad son la mayoría sino que no tenemos la valentía de enfrentar a quienes siembran el terror y la muerte. 

Pero tampoco debemos olvidar que el esfuerzo y el anhelo de ser bondadosos para que den resultados satisfactorios deben ser continuos. Es inútil luchar un día si después nos queremos dedicar a descansar un año.          

Nuestra mente tiene el poder de ejercer un verdadero control sobre eso que llamamos destino y que no es otra cosa que la consecuencia lógica de los aciertos y equivocaciones que a diario realizamos. Esta verdad así la expresó Frank Crane en su libro Upper meanings: “Nuestra vida, por la ley universal, cristaliza en derredor de nuestro propio pensamiento.”  Piensa en el Sumo Bien para elevarte y rechaza la maldad que sólo te llevará hacia el desastre y el abismo de la muerte. Obra con buena intención y la bondad del universo comenzará a ser tuya.    

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