Oración del día
1 de septiembre de 2022
Padre nuestro:
A nosotros nos
gusta hacer negocios. Tenemos especialistas en ventas, buscamos crecer en el
número de clientes que compren lo que ofrecemos. Vivimos del intercambio de
mercancías y hasta cometemos el pecado de hacer de las personas mercancías
sometidas a ley de la oferta y la demanda.
Pero Tú, Padre
Eterno, nos das todo de manera gratuita y no estamos acostumbrados a recibir
sin pagar. Es más, desconfiamos de quien ofrece sin pedir una moneda a cambio.
Tú eres el Amor y
todo te pertenece porque todo lo creaste. Nada tenemos para ofrecerte y hasta
nuestros pensamientos y palabras están cargados de intenciones no muy claras.
Somos interesados y esperamos sacar beneficio de todo intercambio. Perdona
nuestra forma de actuar.
Tú, nos diste a tu
Hijo para que muriendo en la cruz nos diera la condición de hijos tuyos. Él nos
enseñó que su vida era un regalo que debíamos aceptar. Ayúdanos a comprender
que tu invitación al banquete del Cordero no podemos rehusarla. Quienes
aceptamos este regalo, recibimos con él la promesa de una vida eterna en tu
Reino. (Juan 3:36) Tú, por su muerte en la cruz, nos diste el perdón de
nuestras equivocaciones e iniquidades. A
quienes aceptan que Jesús es el Hijo del Altísimo les obsequias, además, el
gozo y una buena esperanza por gracia. (2 Tesalonicenses 2:16)
Ahora Señor y Padre nuestro,
acepta en este día nuestro agradecimiento y derrama sobre nosotros que te
reconocemos como Padre amoroso tu lluvia de bendiciones sobre nuestra casa y
nuestra ciudad. Amén.
Comentarios
Publicar un comentario
Gracias por su comentario