Oración del día
8 de septiembre de 2022
Padre Celestial:
En este nuevo día llena nuestro corazón de alegría y esperanza. Danos fortaleza, paz y fe para vivir con la certeza de que todo saldrá mejor que ayer y que, con tu ayuda, venceremos cualquier dificultad.
Tú nos
enviaste a tu Hijo, la Palabra hecha carne. Tú Hijo nos envió el Espíritu
Santo. Muriendo en la cruz, Jesús nos dio Vida eterna. Pero sólo hay una manera
de llegar a la Vida eterna: creer en tu Hijo. Él nos enseñó que debemos servir
para ser grandes. Es difícil entender que, a las expectativas humanas, como las
que tenían los judíos de su tiempo, de un Mesías y Rey poderoso, Jesús nos
revela la gloria de Dios en las debilidades e impotencias humanas. Es lógico
que este proceder, manera de amar de Dios, nos asombre y decepcione. Estamos
enseñados a lo fastuoso y a los privilegios del poder. Muchos que te seguían
cuando vieron que exigías el sacrificio y la abnegación se marcharon. Hoy pasa
lo mismo. Sacrificarnos por otro no es rentable. Es un mal negocio. Queremos
obtener utilidades terrenas, efímeras, materiales, que respondan a nuestros
intereses. Cambia nuestra forma de pensar y ayúdanos a comprender tu lenguaje
de donación.
En esta
mañana, Padre celestial, nuestro sacrificio primero es esta oración por
aquellas personas que tienen dificultades, por los enfermos, por aquellos que
no tienen un trabajo estable y por tantas personas que no tienen una persona
que los ame. Solicito tu gracia para los que te necesitan y que todos podamos
encontrar respuestas en Ti, Padre Celestial. Mira nuestras vidas y nuestras miserias.
Ten piedad de nosotros. Conduélete de la tristeza y la angustia que nos
doblega. Gracias por escuchar nuestras oraciones y por cuidar de nuestra vida.
Por favor, concédeme un hermoso día de servicio a mis hermanos en Cristo,
Jesús. Amén.
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