Oración del día

 

12 de mayo de 2022

Señor:

 Gracias por la lluvia que fecunda la tierra y nos provee de alimentos. Perdón te pedimos por las veces que deseamos la prosperidad y acudimos a ilusiones y fórmulas equivocadas.   

Últimamente los sociólogos evocaban un creciente entusiasmo de la gente por las creencias que se dicen espirituales en los países llamados «cristianos». Una estadística muestra que un 20% de los que dicen ser cristianos cree en la reencarnación, un 26% en la astrología y un 50% piensa que «si una persona es buena, puede conseguir un lugar en el cielo». Otra gran parte de personas entrevistadas creen que todas las religiones son «buenas y verdaderas». Un verdadero seguidor de Jesucristo no se deja influenciar por ideas de este tipo. Se basa en la Palabra de Dios, que es la verdad (Juan 17:17), única, completa y eficaz. Reconoce que Dios es el Creador del Universo y que ante Dios él tan sólo es polvo. Recibe la salvación y la vida eterna que Dios ofrece gratuitamente mediante Jesucristo, el Salvador. En el Evangelio, y especialmente a través de Jesucristo, Dios revela sus pensamientos sobre el pecado, el hombre, la gracia, el amor divino, la salvación por la fe. Únicamente esta verdad, recibida en el corazón y puesta en práctica en la vida cotidiana, permite resistir a los ataques mentirosos de Satanás. El cristiano no puede actuar de acuerdo con las teorías y creencias de la nueva era que mencionamos al principio, pues lo único que ellas hacen es alejar de la verdad. "Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo... Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios" (Colosenses 2:8; 3:1). Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. (Gálatas 1:8) Siguiendo la verdad en amor. (Efesios 4:15)

Pidamos en este nuevo día a Dios la sabiduría de su Santo Espíritu para discernir entre su voluntad y los errores que el mundo nos ofrece como ilusiones. ¡Amén!